Estamos en la era de la aceleración, de la necesidad de cambios abruptos y resultados rápidos. Los avances tecnológicos seguirán presentes, la hiperconectividad es latente tanto como las mutaciones en las preferencias del consumidor y los motivadores del colaborador. ¿Qué pasa si las empresas se aferran a la antigua gestión del talento? Irán más lento, tendrán mayores problemas de fidelización del capital humano, les costará atraer personal, sufrirán al implementar mejoras y perderán competitividad.

En una cultura de innovación la gente está permanentemente buscando la manera de mejorar lo que se hace, tiene el foco puesto en el aprendizaje continuo, en la prueba y el error, en el valor que se agrega. Se deja de esperar que el personal cumpla con la descripción de puesto, porque eso está por sentado que debe de realizarse, para pasar a estimular a que el colaborador innove, cree, sugiera, aprenda nuevas cosas y aporte.

Este enfoque vanguardista requiere de líderes con nuevas habilidades, capacidades y manera de concebir el liderazgo. A su vez, este nuevo modelo de gestión propone incorporar una filosofía laboral en la cual todos nos reconocemos como iguales. Los cargos pierden tanta relevancia porque el conocimiento está en cualquier lugar y persona. El poder ya no es sinónimo de posición jerárquica sino de capacidad y flexibilidad para ejercer el rol.  

Priorizar la innovación supone hacer ajustes internos tanto en las políticas como en las prácticas culturales, propiciando:

• Espacios colaborativos de trabajo.
• Canales vivos y activos de escucha.
• Programas de generación de iniciativas.
• Reconocimientos permanentes a los esfuerzos y avances.
• Retroalimentación constante.
• Administración de los errores.
• Apertura a la diversidad e inclusión.
• Mentalidad creativa.
• Ambientes de trabajo de alta confianza.

El conocido padre de la gestión moderna Peter Druker, afirma en su libro “Innovation and Entrepreneurship”, que la innovación es esencial para la supervivencia y crecimiento sostenible de las empresas. Desde Great Place to Work sabemos que las culturas innovadoras están dando hasta 5.5 mejores resultados de negocio que las que no lo tienen. En un contexto tan desafiante como el del 2024, no tenemos tiempo para pensar si se debe o no priorizar la innovación, ésta es ineludible para todos.

Aldana Fernández de Córdova

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