El gran desafío llegó a pequeñas, medianas y grandes empresas frente a una pandemia que exige adaptación rápida a nuevas formas laborales, teletrabajo, protocolos, infraestructura, tecnología y una tremendamente compleja, mantener el buen ambiente organizacional.
El clima laboral se siente impactado por la distancia física de los colaboradores, las restricciones de actividades internas que potenciaban los vínculos, las reestructuras internas, las negociaciones salariales, los descensos de colegas o familiares, el miedo al contagio, las bajas por enfermedad, las restricciones y determinaciones de horarios laborales y la afectación emocional propia de una pandemia prolongada.
Nada mas cierto que un escenario como minado, muy complejo de gestionar especialmente para los líderes, donde toda acción debe ser extremadamente pensada y diseñada para evitar mayor afección al negocio así como al compromiso del colaborador.
Sin embargo, hemos constatado que los Buenos lugares para Trabajar en Bolivia, están realizando una excelente labor para contrarrestar las amenazas externas, fortaleciendo su cultura con acciones innovadoras y creativas que sacan a relucir lo mejor de sus colaboradores.
Ejemplo de ello son las celebraciones virtuales, las consultas frecuentes sobre el estado físico y emocional del colaborador, la flexibilidad de horario, la empatía frente a las necesidades individuales, las acciones colaborativas para paliar la carga laboral, las actividades recreativas propulsadas para mantener el equilibrio físico y mental, el apoyo profesional tanto médico como psicológico, entre algunas de las acciones a mencionar.
Así mismo, hacen hincapié en la medición de objetivos sobre el control de horarios, incentivan las ideas para el desarrollo de nuevos proyectos o mejoras del servicio, reconocen el esfuerzo sobre el cumplimiento de objetivos, motivan la vivencia de los valores corporativos y potencian la aplicación del propósito organizacional.
Todo ello, les permite a estas organizaciones sostener un ambiente laboral que genera las condiciones para el buen despliegue del potencial humano, muy necesario para apalancar al negocio, e incluso promover la innovación en tiempos altamente inciertos, economías contraídas y escenarios cambiantes.
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