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¿Está tu organización preparada para enfrentar una crisis?

¿Está tu organización preparada para enfrentar una crisis?

La confianza aglutina y es muy importante en todos los aspectos de la vida social. Promueve vínculos, genera situaciones favorables para emprender negocios, reduce costos de transacción. Es decir, es el componente básico de la efectividad de cualquier construcción social. Al final del día, las instituciones serán efectivas o no, en función de la cantidad de confianza que las personas afectadas por ellas les asignen. No es un juego de suma cero: si confío en mi gobierno, no voy a confiar en mi empresa. No funciona así. Va a depender de qué estén haciendo el gobierno y mi empresa para ganar mi confianza. Porque la confianza no se compra, se construye.

Cuando dentro de una organización hay mucha confianza, sabemos que se disparan las conductas positivas, el compromiso, el comportamiento colaborativo por poner algunos ejemplos.

Por ello, promover la confianza de los empleados en su organización es el objetivo de todos los líderes, pero la forma de establecer la confianza de la organización sigue siendo un desafío para muchas organizaciones.

¿Cómo sabemos cuánta confianza construimos? Eso se puede medir. Eso es lo que hacemos en GPTW: cuantificamos la calidad de los vínculos que se dan dentro de las organizaciones para saber cuán efectivas éstas son. Y lo venimos haciendo desde hace más de 25 años a nivel global.

A través de una encuesta que contestan todos los empleados de la empresa podemos calcular el grado de confianza tanto a nivel consolidado como por subgrupos. Luego podemos comparar los datos con los de otras empresas (construimos un benckmark de mejores empresas para trabajar), para comprender en qué situación está la empresa en cuestión. Para brindar un ejemplo, el promedio de confianza de los mejores lugares para trabajar en el país es de 81 puntos positivos, mientras que el del resto de las empresas que se miden es de 63.

A su vez, también podemos saber qué nivel de innovación se puede esperar de los diversos equipos de trabajo que conforman la organización construyendo una combinación de sentencias del cuestionario que indiquen esa medida. En este sentido, las empresas del ranking reflejan 77 puntos de promedio positivo mientras que el resto, alcanza 57 puntos.

Una de las variables decisivas en la construcción de confianza tiene que ver con comportamientos cruciales de los líderes: cuán creíbles son (cuán consistentes son entre lo que dicen y lo que hacen), cuán imparciales son en sus decisiones (cuán transparentes y ecuánimes son en las medidas que toman) y cuánto respetan a los demás (cómo respaldan a sus equipos). Agregando todas estas dimensiones conformadas por diversos sets de subdimensiones y sus respectivas sentencias, las empresas del ranking alcanzan 79 puntos, mientras que las otras, logran el 60%.

Existen múltiples ángulos desde donde se puede medir la efectividad de una organización a través de observar la calidad de los vínculos.

En tiempos tan críticos como éste, medir el grado de confianza que producen las empresas es esencial porque nos ayuda a entender cuán preparada está la organización para gestionar en épocas de alta incertidumbre.

De hecho, al observar el comportamiento de las empresas de ranking surgen varios indicios de que administran el negocio en tiempos de Covid-19 desde la creatividad y la adaptación antes que desde la parálisis. Estas empresas implementaron planes de continuidad de manera temprana, pero también de contención para sus equipos. Comunican de manera asidua los pasos que van dando a todos sus públicos, pero primero, a sus empleados. Mantienen el estricto aislamiento promulgado por el gobierno y un sistemático plan de acercamiento con la gente. ¿Por qué fueron ágiles? Porque sus líderes son creíbles desde el vamos, actúan en base a valores, ya tenían implementada la escucha activa con los miembros de sus equipos. Siempre fueron transparentes, no ocultan información. En síntesis, son empresas efectivas porque hay mucha confianza entre sus miembros.

El día después llegará, y seguramente no será igual a lo que ya conocíamos, pero hay algo que estamos seguros no va a cambiar: la confianza seguirá siendo eso que está en la base de cualquier proceso social, medirla es otra forma de reconocer cuán efectivos somos en el mundo organizacional.