La ola de la innovación empresarial aumenta cada día que pasa. Sin embargo, un primer paso es preguntarnos si nuestras empresas están en condiciones de hacerlo. Según Gary Hamel, fundador de Strategos (firma de consultoría internacional en los Estados Unidos), a las personas no nos falta creatividad para innovar, sino que es a las empresas a las que les cuesta innovar. Este administrador experto compartió un estudio del Boston Consulting Group, en el cual se establece que el 79% de los líderes considera que la innovación es importante, pero en otro estudio se demuestra que el 94% de los líderes opinan que su organización no es buena innovando.
Entonces, ¿Qué necesitan las empresas para generar las condiciones para la innovación laboral?
Sugerimos tres acciones primordiales:
1. Incentivar la generación y desarrollo de ideas. Michael Bush, director ejecutivo global de Great Place To Work, sugiere tener el mismo número de ideas que el total de tus colaboradores. Es decir, todos con la mente puesta en cómo aportar, involucrándose por apoyar a la empresa y siendo parte de la transformación.
En una cultura innovadora, los jefes incentivan, consideran y responden genuinamente a las ideas y sugerencias; involucran a su gente en la toma de decisiones que afectan su actividad o ambiente de trabajo; celebran que las personas intenten cosas nuevas y mejoren las formas de hacer las cosas, o sea que intenten más allá de los resultados.
Ahora bien, no basta con promover que el personal aporte con ideas, sino que además se tiene que tener sistemas o mecanismos para canalizarlas, analizarlas y llevarlas a cabo. Caso contrario y por muy buenas que sean algunas, las ideas quedarán "dormidas", sin provocar cambios ni mejoras, y esto impedirá el éxito que perseguimos.
2. Ser tolerantes al error. Vivimos en una cultura donde se hace mucho hincapié en criticar, apuntar, corregir, castigar... en fin, en mirar lo malo y subestimar lo bueno, donde nos cuesta reconocer lo positivo, premiar las buenas actitudes, felicitar por lo sobresaliente. Así, damos por sobreentendido que lo bueno es lo común o lo que se tiene que hacer. Sin embargo, en la práctica vemos que, a la inversa, ciertas acciones negativas son más comunes y en las empresas cada vez cuesta más encontrar colaboradores altamente comprometidos, que dan un "plus" de su tiempo, de su capacidad o de su esfuerzo, o que aportan a la empresa de forma especial.
Una organización que busca generar una cultura de innovación debe aceptar los intentos fallidos, las equivocaciones, y actuar rápido para enmendarlos o cambiar el plan, estrategia o idea. Los líderes no deberían poner énfasis en buscar culpables, acusar o tomar represalias, sino que deberían involucrarse para buscar alternativas de solución en conjunto y tomar decisiones consensuadas.
Celebrar el 1% de éxito luego de un 99% de fallas también es recomendable, porque de esta manera alentamos y motivamos al personal a seguir intentando cosas nuevas, retribuimos el aporte y elevamos el crecimiento profesional de nuestros subordinados.
3. Crear una cultura de confianza.Los Mejores Lugares para Trabajar hacen un esfuerzo significativo en la creación de la cultura de confianza, porque han entendido que es el contexto más efectivo para mejorar las relaciones en el interior de la organización y que facilita el alcance de los resultados del negocio.
En una cultura de confianza se cumplen tres relaciones: La primera es la relación entre líderes y subordinados: los colaboradores confían en sus líderes, los siguen porque creen en ellos, creen en ello y luego habla de credibilidad en su capacidad y competencia Por otro lado, los líderes confían en su personal, delegan con responsabilidad, dan autonomía, los instan al crecimiento, se preocupan por ellos y los estiman. La segunda relación se da entre los pares: hay camaradería, sentimiento de familia, la sensación de estar juntos y el sentimiento de pertenencia a un grupo. Finalmente, la tercera relación se da con el trabajo, en la que el personal se siente orgulloso de lo que hace, lo que consigue y se identifica plenamente con su rol y con la organización.
Es en este tipo de cultura que se hace posible utilizar la innovación como mecanismo para la renovación. Pero hay que tomar en cuenta que si no se ha construido primero el ambiente laboral apropiado, es probable que la gente no se anime a brindar ideas, no se sienta motivada a hacerlo o que los líderes no estén listos para manejarlo.
Preparar a la empresa antes de motivarla al proceso de innovación se hace indispensable para garantizar un mejor y mayor éxito en su aplicación.