Yuval Noah Harari, un historiador y escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén y doctor de la Universidad de Oxford. En una entrevista con la BBVA, Yuval comenta lo difícil que es predecir el futuro del trabajo y las aptitudes que se requerirán en 20 o 30 años. Todo esto por los cambios constantes que devienen de un mundo hiper acelerado. Sin embargo, existe una habilidad fundamental y esa es la flexibilidad.
La flexibilidad es esa capacidad de volvernos elásticos. Así como los deportistas requieren tener buena flexibilidad para mejorar su rendimiento, también los colaboradores necesitan hoy más que nunca ser flexibles para adecuarse a un entorno laboral en constante trasformación. La disposición a ejercitarlo hará la diferencia.
Esta cualidad supone algunos elementos:
- Capacidad de aprender y desaprender.- Aquellas personas con predisposición para adquirir nuevos conocimientos, observadores, investigadores, autodidactas sabrán aprovechar mejor las oportunidades presentes. Por otro lado, se requiere tener la capacidad de dejar lo aprendido en el pasado para dar espacio al reaprender y tener el coraje de transitar por un camino sin certidumbre.
- Mente abierta.- Llevar una mentalidad curiosa, atenta y sin prejuicios será de valor. El profesional que respeta opiniones diversas, rescata ideas de los demás, se nutre de la diversidad; desarrolla cualidades para entender mejor el contexto y tiene más elementos para resolver los problemas cotidianos. El reto mayor estará en desprenderse de las propias ideas.
- Reinventarse.- La ola de cambios abruptos en el entorno empujan a los profesionales a pensar en su reinvención y como transformar su trabajo. La introspección personal se vuelve un desafío al conjugarlo con las exigencias del entorno. Para lo cual, favorece aceptar la tecnología, la inteligencia artificial y abrirse a utilizar nuevos recursos para potenciar las competencias individuales.
- Honestidad, valentía y vulnerabilidad. - El ser humano conoce sus limitaciones, pero usualmente tiende a ocultarlas. Ser flexible en estos tiempos supone a la vez ser honestos para expresar lo que no se sabe, asumir los errores, reconocer la dificultad y eso es una clara demostración de valentía. Por otro lado, ser vulnerables se concibe hoy más como una demostración de fortaleza que de debilidad.
Esta flexibilidad como cualidad del colaborador, conjuga muy bien con la flexibilidad laboral que tanto se habla en el entorno del trabajo. Ambas son posibles en ambientes de alta confianza, donde todos se sienten parte de un ecosistema de respeto, desafío y armonía. ¿Cuán flexible te defines?
¿Te gustaría comenzar a crear un gran entorno laboral?