Todas las modalidades de trabajo tienen un punto en común: cuando promueven la seguridad psicológica y crean entornos saludables obtienen los mejores resultados. Y la virtualidad no es la excepción.
La pandemia convirtió a la virtualidad laboral en una opción cotidiana y viable. Incluso muchas organizaciones que no optaban por este formato decidieron adaptarse a las nuevas reglas de juego para seguir siendo competitivas.
¿Qué es clave para implementarlo exitosamente? Focalizarse en los colaboradores y expandir los vínculos y el cuidado al formato virtual.
A diferencia de lo que muchos pueden pensar, la seguridad psicológica es la causa de la innovación y no su consecuencia.
Cuando los colaboradores se sienten seguros, libremente exponen sus ideas, soluciones disruptivas, opiniones y planes fallidos sin medio a ser señalados. Al contrario, toman esta experiencia como un aprendizaje que vale la pena compartir con los demás en pos de que todo el equipo mejore y progrese.
Desde Great Place To Work® medimos esta percepción acerca de si el lugar de trabajo es psicológica y emocionalmente seguro. La valoración de los empleados que se desempeñan en Los Mejores Lugares para Trabajar de la Argentina le asignan a nivel consolidado un valor de 78 puntos. En tanto, las personas que trabajan en empresas que no pertenecen a este grupo, le asignan un valor de 54 puntos. Una diferencia que no pasa desapercibida.
En los mejores lugares para trabajar los líderes promueven que sus equipos perciban seguridad psicológica. Esto lo hacen mediante dos conductas claves: respaldan a la gente y la cuidan. Y el resultado son vínculos de confianza.
Pero, ¿cómo mantener la percepción de seguridad psicológica y emocional de los empleados en tiempos de pandemia e incertidumbre? Cuando las rutinas normales que nos brindan previsibilidad se ven afectadas es necesario poner énfasis en determinados aspectos del respaldo y el cuidado de los empleados:
Nuestros estudios muestran que los empleados con menores índices de percepción de seguridad psicológica son los que poseen menores niveles de confianza en relación al criterio de los equipos directivos. Es decir, que no confían plenamente en el juicio de sus jefes y, que a su vez, son quienes menos feedback reciben de sus líderes.
Para que las personas se desarrollen y tengan un alto rendimiento, el feedback es clave. Si no hay confianza en los líderes, tampoco la hay en la retroalimentación que estos brindan.
A las personas nos gusta relacionarnos con otras personas y necesitamos de esos vínculos. Mantener un contacto estrecho entre los colaboradores es una de las vías con las que cuentan las organizaciones para recuperar la sensación de aislamiento emocional. Pero esto solo puede lograrse mediante la gestión de los líderes porque ellos son los grandes conectores.
El nuevo formato laboral impuesto por los hechos que afectaron al mundo en 2020 significó para los líderes un mayor desafío de conectar a las personas entre sí. Entendieron que así contribuyen con la sensación de seguridad emocional de sus colaboradores, al tiempo que acortan la distancia entre ellos.
En consecuencia, pusieron el foco en detectar y atender las nuevas necesidades de los equipos de trabajo para darles contención y seguir cuidándolos. Decididamente, así logran mantener y fortalecer la confianza y el compromiso. Aun, estando a kilómetros de distancia unos de otros.
Si una de las metas de tu organización es la seguridad psicológica, nuestra plataforma de medición y análisis Emprising™ te ayudará a que tus colaboradores tengan una excelente experiencia en su lugar de trabajo y fomentar la innovación.